Pocos y Muchos

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Eran muy pocos antes del 25 de Mayo de 2008 en Rosario, casi nadie, tal vez algunos desaforados “piqueteros de la abundancia” que se congregaban en Gualeguaychú y nada mas. Después también seguían siendo pocos en comparación con el “pueblo peronista”

Pero en julio de 2008 ese “pueblo” no pudo ni llenar ¼ de la plaza del congreso, ni aún ayudados por el monumento central que le resta espacio a la zona transitable de la plaza y que favorece la imagen de amontonamiento.

La verdad es que en este país no importa el número de pocos o muchos lo cierto es que el que trabaja duro lo hace cada vez mas para el beneficio de pocos, y así a algunos pocos les da envidia que otros, por el fruto de su trabajo, tengan un vehículo que les permita trabajar en las zonas donde el estado solo se presenta como cobrador de impuestos sin preocuparse por brindar el menor servicio y haciendo que, entre otras cosas, los caminos se transiten al capricho de la naturaleza.

Son muchos los que en este país se levantan dia a dia y trabajan por los suyos y buscan incansablemente superarse a si mismos y a la vez dejar una base de progreso a sus descendientes, pero son pocos los que le quitan su sacrificio para enriquecerse a costa de ellos dinamitando sus proyectos. 

Son muchos los trabajadores que quieren trabajar, son pocos los que cortan una autopista para que les paguen por no trabajar, son muchos los que quieren salir de su casa y cumplir en horario sus obligaciones, son muy pocos los que se lo impiden.

Son muchos los que cumplen y son pocos los que comenten faltas, y así mismo son pocos los que castigan al que cumple mientras premian al que falta. 

Son pocos los que perpetran la destrucción de la nación, son muchos los que se empobrecen día a día y pocos los que cada vez son mas ricos a costa de los muchos que se hacen pobres.

Los pocos dirigen y se nutren de los muchos que permanecen mansos todavía esperando que los mecanismos institucionales engranen lentamente la maquinaria y comiencen a instrumentarse las soluciones. Así entonces fueron muchos los que en Junio le dieron la espalda al gobierno y son muchos los que ahora esperan atentos el 10 de diciembre.

Lo cierto es que las esperanzas de muchos son muchas y así mismo las posibilidades de soluciones son muy pocas acercándose así cada vez mas el posible día del ultimátum a aquellos pocos que viven de muchos.

Se están agotando las posibilidades de solución pacifica para muchos que la esperan, mientras avanza, con cada vez mas desenfrenada prepotencia el ímpetu de aquellos pocos.

En esa línea lo mejor que puede pasar es que los pocos sigan apretando el acelerador y sigan ninguneando a muchos y entonces aquellos muchos a los que se ignora, sin importar si son muchos o pocos, terminen acorralados y desaten así su furia como último instrumento. Y ese glorioso día será el día en que finalmente si importen los números.